En el silencio
el sonido de un beso,
nace lo muerto.

黙って
キスの音、
それが死んで生まれています。
En el silencio
cae la flor de loto
en el vacío.

黙って
蓮の花の滝
無効に。

Cruce de destinos

Cuando entré estaba todo estaba a oscuras. Había un silencio sepulcral que helaba la sangre y que me hizo querer salir de allí pero una belleza extraña reinaba a mí alrededor y me hizo quedarme. Aquel iba a ser el trabajo de mi vida, estaba segura. No podía desaprovechar la oportunidad de hacer un reportaje sobre aquel lugar. Por primera vez en cien años alguien podía entrar y explorarlo todo, convertir aquella vieja casona en suya y contar la historia que había tras sus muros. Yo quería ser esa persona y lo había conseguido, quería ser quien contase qué pasó allí la última vez que un alma entró por la puerta. 
Obviamente, cada una de las personas con las que me había cruzado hasta llegar aquí me habían intentado persuadir pero yo no era de ese tipo de chicas que se dan por vencidas. Cogí mi vieja libreta, mi boli bic negro y me monté en el primer tren dispuesta a encontrarme con mi destino. 
Me senté en medio del salón esperando encontrar las respuestas a todas las preguntas que se habían hecho sobre el hombre que vivió aquí antes. ¿Quién era? ¿Por qué se recluyó del mundo? ¿Qué le hizo abandonarlo todo? Había leído que tenía unos 25 años cuando se recluyó en esta vieja casona familiar y nadie sabía por qué. Unos decían que había sido por un desamor, una joven que al detener su propio corazón había quebrado también el de su joven enamorado; otros afirmaban que era un loco que quería probar la rareza de lo que allí ocurría, que se escuchaban voces que invocaban a los demonios que todos guardamos dentro... No sé cuánto tiempo estuve allí tirada, pensando y mirando a mi alrededor esperando que aquellas paredes me ofreciesen las respuestas. Y de pronto lo sentí, sentí como si de verdad aquellas paredes me hablasen y me contasen que aquella era la historia de un hombre atormentado por sus sentimientos, por el ansia de encontrar un amor que jamás existiría para él. Fue una persona que sentía el mundo de una forma extraña y eso es algo que nunca se perdona en ninguna sociedad de cualquier era. Una lágrima recorrió mi mejilla al pensar en su alma atormentada pero, por fin, su historia podría ser oída y un alma distinta había comprendido a la suya. 
Ya era hora de volver, el último tren salía en 16 minutos y no quería tener que dormir en la estación. Guardé todo lo que había utilizado en el bolso y eché unas últimas fotos para acompañar el reportaje pero cuando quise abrir la puerta ya no pude. Era como si alguien hubiese cerrado con llave. Las ventanas parecían apuntaladas. 
Sentí cómo el aire se congelaba al entrar en mis pulmones y cómo mi aliento se iba deteniendo poco a poco hasta que ya no pude respirar más. Me desvanecía sola en medio de la estancia, intentando gritar para que alguien pudiese oirme. Algo en el fondo de mí me dijo que ya estaba perdida. Mis ojos se preparaban para cerrarse por última vez y lo último que pude escuchar fue: "Al fin te he encontrado",

Crepúsculo

En el crepúsculo de la noche,
cuando todo está en calma,
siento susurros en el aire
que me llegan al alma.
Te aproximas silencioso,
buscando con tu corazón el mío.

En el crepúsculo de la noche,
tú y yo nos miramos sin ojos,
tú y yo nos miramos con labios
que dicen todo sin decir nada.
Las almas se aproximan,
unidas por un sentimiento extraño.

En el crepúsculo de la noche,
el vacío cobra vida,
se llena de amor la oscuridad
y todo es como debía.
Tu alma y la mía se fusionan,
ya no hay soledad en nuestras vidas.

El secreto

Acaricié su pelo mientras aún dormía. Cuando tenía los ojos abiertos era como un coloso, capaz de conquistar el mundo con sólo proponérselo pero cuando dormía, en el momento en que la noche lo abrigaba con su manto y Morfeo le abrazaba para sumirlo en un merecido descanso, entonces, el gigante se transformaba en un niño pequeño, completamente vulnerable, vencido al sueño. En ese momento en el que dejaba de ser un dios para ser un hombre era cuando me atrevía a acariciarle, me gustaba acercarme a él y velar su sueño. 
Todo iba a terminar y él no lo sabía. Debía marcharme para nunca más volver pero no tenía el valor para mirar a sus ojos y decírselo. No iba a arruinar su vida. Esto era algo que él nunca había querido. Aún faltaban muchos años para que pudiese empezar a pensar en ello pero hay cosas que simplemente ocurren pero, por una vez, yo tenía la oportunidad de salvarle, como él me salvó a mí del abismo en el que estaba sumida. 
Suspiró profundamente. Una lágrima se escapó de mis ojos al pensar que aquella sería la última vez que estaríamos así, que mañana él me odiaría porque no sabría que todo lo que hice fue por él. Rocé por última vez sus labios con los míos, apenas un segundo, para no despertarle y salí de la casa, salí de su vida. 
Una nueva vida cambia completamente muchas vidas. 

¿Por qué?

¿Por qué no tengo ojos que vuelen?
¿Por qué no tengo manos que respiren?
Me ahogo en el vacío de mi existencia
observando un mundo que se destruye

¿Por qué no tengo brazos que salven?
¿Por qué no tengo oídos que consuelen?
Vago sin rumbo ni cometido,
sola entre solitarios seres
que mueren a cada instante.

¿Por qué no tengo dedos que sanen?
¿Por qué no tengo labios que alimenten?
Muero rodeada de sufrimiento inocente
mientras autómatas juegan a ser dioses. 

Verano

El fuego abrasador baña las calles,
atrapa a todos los seres en jaulas de hormigón
y de todo lo exterior se hace dueño. 

Autómatas vagan en busca de aliento,
de una bocanada de aire fresco
que les de un minuto más de vida.

El fuego abrasador baña las calles
mientras la vida se esconde
en cárceles de cemento y aire. 

¡¡Volved, noches heladas!!
¡¡Vuelve, amorosa tormenta!!
Devolved la vida a lo que una vez la tuvo,
devolved el aliento a lo que lo ha perdido...

El arte de las corridas

Ya estaban a punto de abrir las puertas. Estaba esperando a la muerte para jugar con ella, engalanado con mis mejores galas. Esto era un arte, se quejase quien se quejase, pero no había nada más bonito que bailar con aquel animal con el capote. Muchos dicen que sufre y que es despiadado pero, a fin de cuentas, ¿cómo le van a doler unos simples pinchazos? No se dan cuenta de que nació para esto.
Por fin, se abren las puertas y nos encontramos frente a frente, comienza la danza en la que uno de los dos encontrará la muerte. Sale, confuso, mirando a su alrededor, hasta que, finalmente sale al ruedo. Comienzan los picadores a picarlo, para que empiece a perder sangre y se debilite. Por fin, llega mi turno. Comienzo a bailar entorno a él, dando espectáculo a la multitud que ansía ver su sangre. Pero ya no puedo esperar más, ha llegado el momento culminante. 
Me sitúo frente a él y busco su corazón.Una vez que le clave mi cuerno en él morirá y podré salir por la puerta grande. Con un poco de suerte, el público me concederá las dos orejas y aquello que se parece al rabo. Estos humanos son animales nobles nacidos para ser humaneados, si no nos ofreciesen este espectáculo, ¿qué sentido tendría su existencia?

Despertar

Desperté tendida en un jardín
lleno de flores de jazmín,
a mi alrededor conejos saltaban
y me invitaban a amar.

Caminé a su lado, siguiendo el camino
y llegué a las orillas de un lago
donde me pude ver sonriendo,
soñando que le tengo,
siendo feliz de nuevo.

Desperté tendida en un jardín,
lleno de flores de jazmín,
donde vivían mis sueños
que se cumplían al fin.

La tormenta

Estalla la tormenta en el horizonte
mientras el viento huye aterrado,
dejando a su paso los miedos 
que perdieron los niños perdidos. 

Estalla la tormenta en el horizonte
y sé que quizá nada vuelva a ser lo mismo,
o quizá nada realmente a cambiar llegue
y yo vuelva a sentir el amor de tus labios. 

Estalla la tormenta en el horizonte
mientras yo vago envuelta en gotas de lluvia
que arrancan las tiras de desesperación de mi piel,
mientras yo vivo y muero sin saber qué hacer. 

Acércate

Acércate al umbral de mi amargura
y acaricia suavemente los pedazos
en los que ha estallado mi locura. 

Aproxímate a mi sufrimiento,
adéntrate en el abismo de mi dolor
y siente cómo en los más profundo 
de este antiguo y marchito corazón, 
aún en el silencio de esta cripta,
susurra tu nombre mi voz.  

Acércate, no tengas miedo, 
lo que aún sufre
ya está muerto.